Descripción
El mártir que no mataron . Helder Cámara Cleia Luro. Editorial Nueva Utopia. 2002
Clelia Luro era una mujer separada, de 39 años, y con seis hijas cuando conoció en 1966 al obispo de Avellaneda, monseñor Jerónimo Podestá, de 45 años, quien para muchos estaba llamado a convertirse en cardenal primado. Sus compañeros de promoción habían sido los obispos Eduardo Pironio, Antonio Quarracino, y también de Raúl Primatesta. Ambos se enamoraron y decidieron que su unión debía reafirmar sus convicciones sobre la Iglesia. Podestá dio una lucha en dos frentes: por un lado el compromiso social que cobraba fuerza entre los sacerdotes y por el otro hizo público su amor por Clelia. Fue duramente presionado por obispos y por las autoridades militares, viajó a Roma, habló con el Papa, hasta que finalmente fue obligado a renunciar. Desde el llano ambos se convirtieron en presidentes de la Federación Latinoamericana de Sacerdotes Casados hasta la muerte de Podestá a los 79 años,